Mensajes de diversas orígenes

 

lunes, 19 de mayo de 2025

¡Te he dado un nuevo guía para Mi Iglesia y le daré todas las gracias que necesite para ser Mi representante en la Tierra!

Mensaje de Nuestro Señor y Dios Jesucristo a la Hermana Beghe en Bélgica el 14 de mayo de 2025

 

Mi yugo es fácil y Mi carga ligera,

Mis queridos hijos,

Hace tiempo que no os hablo, pero no por ello os he olvidado.

Os he dado un nuevo guía para Mi Iglesia y le daré todas las gracias que necesite para ser Mi Representante en la tierra. Reza por él, porque los hombres se han tomado demasiadas libertades con la Verdad y no es sencillo dirigir la Barca de Pedro.

El siervo no está por encima de su Amo, y él es Mi siervo principal; en cuanto a Mi apóstol Pedro, le digo: «Apacienta Mis ovejas» y “sígueme” (Jn 21, 17 y 19).

También a vosotros, Mis queridos hijos, os digo: seguidme, porque «Mi yugo es fácil y Mi carga ligera» (Mt 11,30). Ahora bien, muchas de Mis criaturas de hoy no están bautizadas y se rebelan ante el catolicismo; y el demonio, ese torturador hipócrita y odioso, las domina y siguen sus infames sugerencias.

Estad atentos, amadísimos hijos míos, a la voz de la sabiduría y de la razón, que tiene a Dios por Padre y a la Santísima Virgen María por Madre. Nunca os equivocaréis teniendo por Madre a la Santa Iglesia, pues os he prometido que «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Mt 16, 18). Ella es santa y su santidad no procede de los hombres que la componen, sino de Mi presencia en ella. Si cae, Yo la levantaré; si tropieza, Yo la sostendré. Yo soy su Esposo y le he prometido Mi fidelidad hasta el fin del mundo.

Tienes que releer la historia de la Iglesia para saber que ha pasado por muchos trastornos, muchas traiciones, muchas pérdidas, pero siempre ha salido victoriosa. Sus adversarios nunca la han derribado. Os animo a no rendiros nunca, a mostraros siempre como hijos valientes, fervientes y siempre firmes: hijos de la fe, hijos de Dios e hijos de la Santa Iglesia...

También quiero deciros que, en tiempos de guerra, siempre hay momentos de calma, momentos de suspiros y momentos en que se reanudan las hostilidades. Los hombres son así a causa del pecado original: se olvidan de acudir a Dios en busca de seguridad, y esto tiene consecuencias desastrosas. Dirígete a Dios en cada dificultad personal, familiar, profesional y política, y el curso de las cosas cambiará mucho para bien, para el fin de las hostilidades, para el restablecimiento de equilibrios armoniosos.

Soy Yo, Dios, quien te habla, y te recomiendo que reces mucho en estos tiempos de calma internacional y religiosa, porque las personas, que son tan volubles, Me necesitan. Sin Mí, no pueden hacer nada bueno; el demonio está siempre al acecho para envenenar animosidades, exacerbar rencores, emponzoñar esfuerzos positivos.

«Cuando oigáis hablar de guerras y rumores de guerra, no os alarméis: tiene que suceder, pero aún no será el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambrunas y terremotos en diversos lugares. Y todo esto sólo será el principio de los dolores de parto. Entonces seréis entregados al sufrimiento y a la muerte; seréis odiados por todos los pueblos por causa de Mi Nombre (...) Y a causa del aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin se salvará». (Mt 24,6-13)

Se trata de una profecía que puedes comprender fácilmente aplicándola a la época actual: «guerras y rumores de guerra» puede significar tanto la guerra actual como el temor inminente a una guerra nuclear. Hambrunas: en ciertas regiones de África y ciertamente en Palestina -vergonzosamente torturada por los actuales ocupantes de esa tierra.

También habrá persecución mahometana, aprovechando la debilidad de las naciones antes cristianas en las que se ha establecido esa religión.

Esta es la explicación de Mi divina profecía relatada por San Mateo y citada anteriormente. Y esta profecía continúa con la promesa de la resurrección de la Santa Iglesia Católica y de nuevos tiempos, de paz y de caridad universal: «Esta Buena Nueva del Reino será proclamada por todo el mundo, como testimonio ante todos los pueblos. Y entonces llegará el fin». (Mt 24,14), es decir, el fin del mundo y el retorno glorioso del Hijo de Dios en las nubes, como anunciaron los dos Ángeles tras la Ascensión: «Este Jesús, que os ha sido arrebatado, vendrá de la misma manera que le habéis visto subir al cielo». (Hechos 1:11).

Así pues, te doy claramente la trama de lo que aún está por suceder. Te la doy como un Padre muy sabio, que cuida de Sus hijos y les advierte de los peligros que tendrán que afrontar. Conmigo, podrás pasar por todo, sufrirlo todo, amarlo todo, como Yo amé Mi Vía Crucis, porque de ello dependía tu salvación. Participad en vuestra cruz con el mismo espíritu, con la misma sumisión a la voluntad del Padre Celestial, porque Él nunca permitirá una prueba mayor que la gracia que dará para soportarla.

Os amo, hijos Míos. Estoy cerca de vosotros, con vosotros y delante de vosotros. Mi Camino es vuestro camino hacia el Cielo.

Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que así sea.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Origen: ➥ t.Me/NoticiasEProfeciasCatolicas

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